jueves, enero 20, 2005

Eternidad en 0,001 segundos



Hay una parte de La Jeteé de Chris Marker que me toca especialmente a nivel visual. Es el último encuentro que el protagonista, viajero del tiempo, tiene con su amada. Ocurre en un Museo de Historia Natural de París, los dos pasean solitarios entre animales disecados: es la pareja en el paraíso, un paraíso artifical -el único posible.


El recurso de la foto fija mediante la cual se construye todo el film adquiere nuevas resonancias en este fragmento del museo -ese espacio de almacenaje que inventó el pensamiento moderno, foto fija, album de la historia, como respuesta ante el vértigo de la aceleración inminente del mundo... espacio para fijar, etenizar el flujo del tiempo. Los animales disecados, verdaderos still lifes, literalmente naturalezas muertas o más bien vidas congeladas.. Esas fotos fijas elevadas al cuadrado, curiosamente, por efecto de autoanulación parecen extrañamente vivas, animadas... los linces parecen parecen mirarnos, a punto de saltar desde la eternidad, observando a esa otra still life que es también la pareja que vemos, Adán y Eva en el paraíso, el retrato binario de la felicidad, que sólo se da desde la eternidad, como foto fija, velocidad 1/100